lunes, 16 de noviembre de 2009

Vacunas



Las dos noticias del día en los medio(cre)s de los pelaos son: la primera, el inicio del juicio por la muerte del alcalde de un pueblecito de treinta vecinos, que concentra a casi doscientos periodistas (hasta han tenido que poner una carpa, como en el circo), de la que hablaremos otro día, y la segunda, el inicio de la campaña de vacunación contra la gripe A.
El virus ya no era noticia desde hace unos días, ocupados como estábamos con el tema, mucho más importante, del partido contra Argentina. Incluso a expensas de descuidar esta prioridad, nos hemos enterado de que esa cruel enfermedad ha seguido sembrando la muerte a mansalva, nada menos que tres personas cayeron en los últimos días, pero lo han repetido unas quinientas veces, insistiendo siempre en que no estaban enfermos con anterioridad, no como todos esos “pringaos” que se mueren de cáncer, infartos o ictus, que seguro que ya estaban defectuosos.
También nos hemos enterado de que el virus nuevo, en vez de convivir con el habitual agravando la situación, como advirtieron los expertos, casi lo ha sustituído Ahora ya solo hay gripe A, de la nueva, de la mala, de la que exige vacunación inmediata. Vaya, que mala pata, también en eso se equivocaron las predicciones.
Ahora, eso sí, como la ministra, previsora ella, no tenía muy claro si harían falta una o más dosis, pues tiró por lo alto, gastándose 270 millones de euros de los de todos en dosis que ahora van a sobrar y van a quedar para el año que viene, si es que para entonces aún sirven para algo. Ya podemos hacernos una idea de quienes son los beneficiarios de este negocio, si a esos jugosos 270 millones añadimos los geles milagrosos, las inútiles mascarillas o los antivirales acumulados sin necesidad, hasta trayéndolos del extranjero como en los tiempos del estraperlo.
Y resulta curioso también que por primera vez haya una vacuna diferente para las embarazadas; que no es que la normal sea mala, sino que la especial es todavía menos mala, a ver si nos entendemos.
Todo muy claro.
Como mola ser un mono.

2 comentarios:

Miguro dijo...

Estoy de acuerdo...cómo molaría ser un mono

Y no pienso vacunarme, que se jo#@n las farmaceúticas...Además, me parece una pérdida de tiempo y dinero...

Salu2, pequeño mico

ami dijo...

¿Estaré pasando una A, una B, una C, una etceteraaaaá?
Lo más probable será: una de toda la vida. Pero sin tantos millones de leros, payo.
Oyyyyyy, mira lo que dice el cura payo este. Pues si no se puede de robal gomas ni na, me voy a de fumal. Peláez dixit.