sábado, 20 de marzo de 2010

Trampas del lenguaje 2



Hoy vamos a continuar nuestra sección “Trampas del lenguaje”. Pero en esta ocasión vamos a criticar además a la mismísima Real Academia Española. No nos gusta, pero si hay que hacerlo, se hace.

La palabra trampa de hoy es “abortista”, que según el DRAE viene siendo “partidario de la práctica libre del aborto provocado”. No hablo más que por mí, pero de ninguna manera soy partidario de eso, sino únicamente contrario a que sea delito que una mujer decida de manera consciente y responsable, pero sobre todo libremente, sobre lo que afecta a su cuerpo y a su vida. Me gustaría mucho, como a todos los partidarios de la despenalización del aborto que conozco, que ninguna mujer tuviera que pasar por ese trance. Aunque no soy una mujer, y no he podido experimentarlo por mí mismo, me consta lo que duele tener que hacerlo, física y anímicamente.

Así que no acepto que en este asunto se me defina como “partidario”, utilizando la denominación que han acuñado los prohibicionistas, inclinados a encarcelar a mujeres que no aceptan sus normas éticas o religiosas y que además se llaman a sí mismos pro-vida. Vida, pero entre rejas.

Y me cabrea mucho como suena el palabro, además. Veamos más “istas” del DRAE:
Deportista: “Persona que por afición o profesionalmente practica algún deporte”. Prestamista: “Persona que da dinero a préstamo”. Malabarista: “Persona que hace juegos malabares”. Prosista: “Persona que escribe obras en prosa”. Marmolista: “Artífice que trabaja en mármoles, o los vende”. Para no cansar, la última, Masajista: “Profesional que aplica el masaje”.

Pues eso, practicar, dar, hacer, escribir, trabajar, vender, aplicar, en eso consiste ser un “ista”, no en oponerse a que metan a gente en la cárcel por actuar en contra de una determinada visión ética del mundo.

Para más escarnio, el DRAE también define “antiabortista”, como “Contrario a la legalizacion o a la práctica del aborto” (aquí ya no es libre ni provocado). ¿No sería lo lógico y congruente que un abortista fuera entonces “Persona contraria a la ilegalizacion o a la persecución penal del aborto? ¿O es que los respetables académicos son “pro-vida”?

Otra fuente de “istas” son las ideologías; se llama comunista al partidario del comunismo, fascista al partidario de “esta doctrina o movimiento social”, positivista al “partidario del positivismo” … en fin, tampoco es cuestión de aburrir. La cuestión es que “abortista” no existe para el DRAE, no aparece como entrada en la XXII edición, de manera que tampoco por este lado tiene encaje la lamentable definición que criticamos.

Finalicemos pues, que esto se alarga.

Señores académicos: Los simios a los que represento no somos abortistas, no queremos que la gente aborte. Lo que somos es antiprohibicionistas, no queremos que otros decidan por cada mujer que tiene la responsabilidad de decidir. No queremos que se encarcele a nadie por esta causa. Queremos libertad para todo el mundo. Y jamás se nos ocurriría obligar a ninguna mujer ni a tener a su hijo ni a no tenerlo.

1 comentario:

Miguro dijo...

Precisamente en eso consiste en parte una democracia, en poder elegir libremente lo que quiere cada ciudadano...

Y, aunque en un principio se esté en contra del aborto, hay que pensar en las miles de chicas adolescentes que se tendrían que fastidiar la vida por el hecho de críar a un niño...

Salu2, mico