miércoles, 17 de noviembre de 2010

Niños otra vez

La noticia de estos días es la lamentable reacción que la comunidad internacional, encabezada por nuestro país, está teniendo ante el desmantelamiento violento por Marruecos de un campamento saharaui junto a El Aaiún, la capital de la antigua provincia española que abandonamos a su suerte. Han expulsado a muchos periodistas españoles, han matado a un ciudadano español y parecen estar deteniendo y torturando a civiles saharauis de manera indiscriminada. Hoy han entregado cinco cadáveres. El enviado del feudal rey marroquí le ha explicado al incombustible y crédulo Rubalcaba (Rubalcaca, le llamaba por error el otro día un diario) que se trata de peligrosos terroristas y que ellos solamente se defienden, y la polivalente ministra Jiménez, recién llegada de la lucha contra el virus de la gripe A y contra Gómez, también considera aceptables esas explicaciones. Los últimos activistas que han podido salir vivos hablan de genocidio. El asunto moviliza al PP, sumamente preocupado de repente por los derechos humanos, que aprovecha para lanzarse a la yugular del enemigo. Cuesta adjudicar el premio a la impresentabilidad.
También es noticia hoy el globo sonda de valorar la productividad en el salario de los funcionarios. Ya veréis, queridos lectores, como acaban quitando aún más a quienes no rindan, en lugar de devolver algo a quienes lo hagan.
Y apenas se habla del informe “La infancia en España 2010-2011”, presentado ayer por UNICEF y según el cual casi uno de cada cuatro niños en España (un 24,5% de media, exactamente) está en riesgo de caer en la pobreza, un 1,2% más que un año antes. He leído lo que dice la directora del estudio, Marta Arias, y me he quedado de piedra: “Ser un niño pobre en España no significa necesariamente pasar hambre, pero sí tener muchas más posibilidades de estar desnutrido. Tampoco significa no tener un techo bajo el que cobijarse, pero sí habitar una vivienda en la que no existen espacios adecuados para el estudio o la intimidad, y en la que el frío y las humedades pueden deteriorar el estado de salud. No significa no poder acceder a la educación, pero sí tener dificultades para afrontar gastos o abandonar de forma temprana los estudios. No significa no poder ir al médico, pero sí tener problemas para pagar algunos tratamientos”.
He ido a mirar otra vez a mis hijas pequeñas, que ya duermen, y he pensado en los niños de El Aaiún.
No tengo palabras. . .

1 comentario:

M dijo...

"Premio a la impresentabilidad" el fallo del jurado se retrasa debido a problemas de cortocircuito neuronal que afectan a los que deben otorgar el premio - como para no. saludos.