sábado, 12 de marzo de 2011

Suecia



Los políticos, esa gran amenaza para la sociedad, forman una casta separada del resto, viven en su propio mundo de verdades absolutas que se modifican sobre la marcha según convenga y utilizan argumentos que avergonzarían a cualquier niño de primaria sin el menor sonrojo.

Si se trata de convencernos de lo necesario que es aumentar sus retribuciones y sus privilegios, los compararán con los de Alemania, Gran Bretaña o Dinamarca, sin acordarse de su salario mínimo, su índice de desempleo o sus ayudas sociales.

Si se trata de justificar una medida conveniente y acertada, pero insuficiente, tardía e hipócrita, como la reducción de la velocidad máxima a 110 km/h, nos restregarán por las narices el ejemplo de Suecia, donde esa es la velocidad máxima desde hace tiempo.




Señores políticos: me parece bien que a partir de ahora queramos parecernos a Suecia, pero, como sugerencia, podríamos empezar, en lugar de lo de la velocidad máxima, por otras cosillas que también pueden tener su importancia. Tonterías como los niveles mínimos de renta para personas sin empleo (alrededor de 11.000 euros al año, más que muchos pensionistas españoles; 18.000 si la persona desempleada tiene dos hijos), la calidad de la enseñanza pública, la sanidad, las infraestructuras (con aeropuertos y autopistas que no se colapsan ni a 30 bajo cero), la honestidad de los políticos, la igualdad entre mujeres y hombres . . . En fin, detalles que, sin alcanzar por supuesto la importancia que tiene lo de los 110, podrían hacer que nos olvidáramos de que los que esto exigen, para ahorrar, son los mismos que movilizan aviones para acudir a un mítin, escatiman los recursos necesarios para extender las energías renovables y ocupan cargos simbólicos pero espléndidamente retribuidos en los consejos de administración de las multinacionales de la energía.

2 comentarios:

Miguro dijo...

Pues sí, tristemente cierto. Los suecos, noruegos, finlandeses y demás habitantes de los territorios lapones son mucho más civilizados y correctos que nosotros, no por conducir más despacio, sino por saber conducir su sociedad correctamente, no como nosotros.

Preciosas ciudades las de Suecia, por cierto.

Muchos Salu2

El Mono Platón dijo...

Sabias palabras para una enfermedad cerebral, pequeño Kuru.