viernes, 9 de octubre de 2009

Bancos

Esta mañana, dos pelaos estuvieron hablando delante de mi jaula durante mucho rato. Les llamamos pelaos a los humanos, los únicos primates sin pelo; me pregunto cómo demonios se puede vivir sin pelo por todo el cuerpo.
Los pelaos hablaban de bancos, que es donde guardan el dinero. Por lo visto hay una gran crisis económica, causada sobre todo por la desmedida avaricia de los banqueros y de los bancos, que, según parece, son muy importantes. Son tan importantes que, ante la amenaza de que se arruinaran arrastrando a los demás con ellos, les fueron entregadas grandes cantidades de dinero público, para que ellos, prestando ese dinero a otros, ayudasen a levantar la economía, que es una cosa humana que debe tener una gran tendencia a caerse, porque cuando los pelaos hablan de ella casi siempre acaban deseando que se levante.
Uno de los pelaos, que ni siquiera tenía pelo en la cabeza, le decía al otro que los bancos no habían cumplido con su parte del trato, haciendo circular ese dinero de todos, y se lamentaba amargamente de que esos mismos bancos habían seguido ganando dinero mientras muchos pelaos perdían sus empleos y hasta sus casas, y lo habían hecho a costa de subir las comisiones que cobran por tener allí el dinero, de cerrar oficinas y de despedir y jubilar anticipadamente a muchos trabajadores. Creo que el pelao calvo era de los despedidos, porque estaba bastante enfadado. Incluso aprendí algunos insultos nuevos.
Además, el otro pelao recordó los millones de euros con los que se obsequian entre sí los responsables de estos bancos, sin duda uno de los grandes inventos de los pelaos, porque lo había leído esta semana en la prensa. Ha sido uno de los temas de conversación de estos días frente a la reja de mi jaula.
Cuando los dos se alejaban, arrullado por el sonido cada vez más tenue de su conversación, me he tumbado plácidamente sobre la mullida pelambrera de mi espalda, mordisqueando mi única propiedad en este mundo, un jugoso plátano, y he dado gracias a todos los dioses, pasados, presentes y venideros, por no ser un pelao.

1 comentario:

Miguro dijo...

Pues sí, realmente, los humanos están locos, pero como digo yo, no locos graciosos, sino locos peligrosos, así va el mundo como va